¿Irrelefante?
“Tenemos un elefante en la sala” me comentó una clienta hace poco, refiriéndose a un problema que en su opinión todos los miembros del equipo veían, pero del que nadie hablaba abiertamente.
Parece evidente que la presencia de un animal de semejante tamaño le hace difícil a un equipo centrarse plenamente en los temas que tiene entre manos. Consume energía fingir que no está y tener que trabajar rodeándole.