¿Dónde pones tu atención?
Arrate Iraolagoitia
Os recomiendo un libro que estoy leyendo: « THE GOOD LIFE and how to live it » (Robert Waldinger y Marc Schulz).
Está también traducido en castellano: « Una buena vida: El mayor estudio mundial para responder a la pregunta más importante de todas: ¿Qué nos hace felices? (Vivir Mejor)”
Como el título en castellano lo indica, se trata del estudio más largo realizado por Harvard (80 años ya) donde se busca, siguiendo el desarrollo de personas desde su niñez hasta su vejez, cuáles son esos ingredientes para vivir una buena vida.
Despues de tantos años de investigación, pueden afirmar que existe un patrón que se repite: cuanto más sólidas y de calidad sean nuestras relaciones, más probabilidades tendremos de vivir una vida feliz, satisfactoria y, en general, más saludable.
Me está interesando mucho el capítulo dedicado a la atención: ¿Cuánta atención ponemos en nuestras relaciones? (Y yo añadiría, en todo lo que hacemos en general) y ¿qué resultados obtenemos cuando lo hacemos?. Se presenta la atención como una de las mejores inversiones que podemos hacer para cuidar y cultivar nuestras relaciones:
“La atención es la forma más rara y pura de generosidad”.
“La atención es la forma más básica de amor”.
Todo esto me está llevando a reflexiones interesantes sobre mis relaciones personales, y también sobre las relaciones y dinámicas que observo en los equipos a los que acompaño en este momento.
Vivimos en tiempos acelerados, con una atención parcial continua. Pasando de una cosa a otra, rodeados/as de cientos de estímulos y ruidos que nos despistan. Sabemos (intelectualmente) que cuando nos concentramos en una cosa aumenta nuestra capacidad productiva, reflexiva, creativa, intuitiva… Aquello en lo que ponemos nuestra atención crece.
Sin embargo…¡Ay!…nos cuesta llegar a ese estado de presencia y atención plena.
¡Normal! Es como un músculo que requiere de entrenamiento para poder volver a nuestro centro cada vez que nos salimos de éste (¡y es tan fácil que nos suceda!). Hay prácticas que nos pueden servir para fortalecer nuestra presencia y atención plena como: caminar por la naturaleza, hacer yoga, practicar mindfulness, la respiración consciente, el trabajo psico-corporal etc.
Por eso insistimos tanto cuando acompañamos a líderes y equipos en la importancia de entrenar y cultivar la presencia y atención plena. Nos propicia el estado necesario para acceder a la sabiduría colectiva del equipo. A esa información que nos pasa desapercibida, porque es invisible, cuando no estamos con todos nuestros sentidos plenamente abiertos, concentrados.
La atención es uno de los bienes más preciados que tenemos y decidir cómo invertirla es una decisión importante que está en nuestra mano. La buena noticia es que podemos tomarla ahora, en este momento y en cada momento de nuestra vida.
“El momento presente es el único tiempo sobre el cual tenemos dominio” (Thich Nhat Hanh)
Feliz semana