Lo Absurdo como Estrategia para estimular el pensamiento de equipo
Judith Castillo
Imagina esto: estás trabajando con un equipo en torno a un reto. Después de una hora de debate animado, reflexiones en grupos y una lluvia de post-its, tu intuición te lleva a preguntar: «¿Hay algo realmente nuevo, diferente en lo que habéis propuesto? ¿Esto lo habéis compartido ya más veces?
Es un momento incómodo, pero clave. A menudo, los equipos generan soluciones que ya han explorado antes, de las que ya tienen unas cuantas en los cajones sin haberlo implementado realmente. Puede ser una señal de que necesitan más apoyo en la ejecución que en la creación de nuevas ideas. O que falta aclarar las razones por las que no se pueden implantar.
Pero quizás los miembros del equipo están atrapados en «autopistas mentales» que los lleva a toda velocidad hacia soluciones previsibles – a más de lo mismo.
¿Por qué ocurre esto?
Nuestro cerebro está diseñado para priorizar lo familiar, también cuando no es lo más útil. Salir de estas autopistas requiere esfuerzo porque nos protegen de lo desconocido. Además, buscar soluciones distintas puede forzar al equipo a enfrentar verdades incómodas que sus miembros preferirían evitar.
¿Qué hacer cuando el equipo está estancado?
¡Llamar a los Monty Python! Aquí es donde entra en juego un poco de creatividad… o incluso algo de absurdo. En un sketch de 1969, los Monty Python presentan el servicio “Confunde-a-tu-Gato S.A.”, que promete sacar a los gatos de su estancamiento y complacencia mediante una confusión deliberada. Ver el sketch aquí.
Lo que en su momento me pareció hilarante por lo británicamente absurdo (y que me marcó porque aún lo recuerdo), hoy le veo aplicación para equipos estancados.
¿La conexión? A veces, para desbloquear el pensamiento de un equipo, pruebo exactamente eso: confundirlos. Sorprenderlos con algo inesperado, incluso ridículo, puede romper las barreras mentales y abrir nuevas perspectivas.
Este enfoque no es ninguna tontería; es una técnica psicológica eficaz conocida como intervención paradójica. Su propósito es atravesar muros mentales mediante contradicciones que generan sorpresa y curiosidad. Para ello se pide a los miembros del equipo que hagan (o piensen) lo contrario de lo que creen que se espera de ellos y sobre todo lo que ellos mismos esperan de la sesión.
Una forma práctica de aplicar esta idea es la herramienta TRIZ, parte del repertorio de Liberating Structures. Estos son los pasos básicos (para más detalle pincha aquí):
- Identifica el problema u objetivo.
- Imagina las peores soluciones posibles. Pregunta:
-
- ¿Qué deberíamos hacer para garantizar que nunca resolvamos este problema?
- ¿Cómo podemos asegurarnos de empeorar la situación?
- Confronta la realidad. Pregunta:
-
- ¿Estamos haciendo algo actualmente que se parezca, aunque sea un poco, a estas «peores prácticas»?
Este paso requiere honestidad brutal, ¡pero sin buscar culpables! El foco debe estar en el proceso, no en las personas.
- ¿Estamos haciendo algo actualmente que se parezca, aunque sea un poco, a estas «peores prácticas»?
- Actúa. Analiza las prácticas contraproducentes identificadas y define los primeros pasos concretos para detenerlas/ nuevas estrategias.
¿Por qué funciona?
Pensar al revés esquiva los automatismos y los miedos que bloquean la creatividad o dificultan verbalizar soluciones incómodas. Resulta que cuando aumentamos la presión, la mente aumenta la resistencia o genera evasión si se trata de algo incómodo. En cambio, un movimiento contraintuitivo en un ambiente más distendido, puede desarmar esas barreras y desbloquear nuevas perspectivas.
La magia de TRIZ es que facilita cuestionar las «vacas sagradas», abre la vía a pensamientos heréticos y lleva a conversaciones más valientes y también más divertidas.
¿Has explorado ya este tipo de enfoque? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
¡Feliz Semana!