Alta Costura
Es fácil preguntarse, al ver alguna prenda de alta costura: Pero… ¿Cómo puede costar tanto? … si es sólo ropa…
Tal vez, si nos contaran toda la historia detrás de esa prenda nos saldrían algo más las cuentas…o no. En todo caso, con “la historia de la prenda” no sólo nos referimos a los elementos cuantificables (horas de trabajo, número de personas involucradas, etc.) sino también a esos ingredientes que hacen que sea de alta costura y no de pret-a-porter.
Hablamos, por ejemplo, de la calidad de la tela e hilos; de lo extraordinario del color; de la creatividad e inspiración de la persona creadora y de lo que quiere expresar a través de la prenda; del saber hacer en cuanto a patronaje, corte y confección; de lo laborioso y delicado del trabajo; de poner en valor toda la experiencia de las personas involucradas. En definitiva, aquello que la convierte en una pieza única e irrepetible; a veces incluso efímera. La diferencia entre precio y valor.
Más allá de la moda, nos parece que sucede lo mismo con todo oficio “artesanal” que implique conocimiento, saber hacer, creatividad, paciencia y pasión (Sí, ¡ingrediente fundamental!). A nosotras nos gusta presentar nuestro trabajo de acompañamiento a personas, equipos y organizaciones en procesos de transformación cultural como un oficio artesanal porque hacemos trajes a medida para cada cliente (sea del tamaño que sea).
Para ello es necesaria mucha escucha a sus necesidades particulares, adaptarse y construir en función de ellas, poner a su servicio toda nuestra creatividad, talento, rigor, buen hacer y pasión. Somos conscientes de que las personas que nos dedicamos a facilitar somos nuestra principal herramienta de trabajo: nuestro intelecto, emociones, sentidos, energía, presencia y atención.
Cada sesión que facilitamos es irrepetible porque interactuamos con lo que emerge en el directo. Como dicen algunos actores y actrices: “nos entregamos en cada función”.
Necesitamos cuidarnos, nutrirnos e inspirarnos de nuestro alrededor: viajar; conocer otras personas, culturas, formas de hacer y pensar; buscar el equilibrio entre movimiento y calma; investigar; experimentar…y durante casi 3 años esto no ha sido tan sencillo. Tuvimos que cambiar las pantallas por lo presencial (¡ojo! bendito trabajo virtual) pero sentíamos que había algo sutil que no se daba con una pantalla mediante.
Escribo este post de vuelta de unos días en París, cuna de la alta costura, donde he tenido algunos encuentros y conversaciones que tal vez desemboquen en proyectos laborales- ¡quién sabe! ¡Ojalá!-. Conversaciones casuales que no se hubiesen dado online. Por no hablar de los muchos abrazos, sonrisas y miradas cómplices de mis personas queridas de París que me han nutrido, reconfortado y que traigo puestas (esto tampoco puede darse online).
Por favor, no me malinterpretéis, somos defensoras del trabajo online. La tecnología ha hecho posible que en este momento pueda estar trabajando en el tren, que ahorremos tiempos de desplazamiento, que contaminemos menos, que podamos trabajar sin fronteras.
Es sólo que nos gusta recordarnos y reivindicar el poder del factor humano en nuestro trabajo y en todas las relaciones. Ese je ne sais quoi que en algunas circunstancias será lo que marque la diferencia y haga que la balanza se vaya a un lado y no al otro.
Por ejemplo, que un conflicto incipiente se solucione por hablar en persona; que un malentendido no escale a más gracias a poder mirarnos a los ojos; que el impacto de una comunicación sea el deseado al hacerla en persona y cuidar la emocionalidad; que el ambiente más natural que se crea en persona propicie el poder tener una conversación delicada; que el equipo pueda sentir unión y pertenencia sin necesidad de palabras, sólo con la simple presencia de los miembros.
A veces, el camino más corto no es el más rápido. Nos parece importante no olvidarlo ahora que convivimos con un formato híbrido (online y presencial) en las organizaciones y también en nuestra sociedad. Tomemos lo mejor de cada uno.
Por el momento, ¡estamos felices de poder volver a viajar físicamente por trabajo!
Feliz semana