Héroes anónimos
Todas las buenas historias tienen su heroína, su héroe.
Y todas las personas tenemos fibra heroica.
¿La capa de héroe te queda grande? ¿No eres un dibujo animado?
Pues, ¡calza las zapatillas de antihéroe!: más de una vez mete la pata, se confunde, no toma las buenas decisiones… ¡pero tiene buenas intenciones y se esfuerza por ponerlo en práctica de vez en cuando!
En el fondo queremos más todavía a ese tipo de personas, las que superan sus frenos, sus luchas internas, para alguna vez sí hacer algo que destaca. ¡Y con eso es suficiente! Esporádico, pero héroe, aun así.
Las heroínas y los héroes en la vida real no son personas fuera de serie que todas las mañanas se levantan con el propósito de hacer algo extraordinario.
Son personas que ante una situación peligrosa o extraordinaria conectan – por su gran sorpresa – con una energía sobrehumana. Todos los humanos tenemos esa fibra valiente, queremos ayudar.
Forma parte de nuestro instinto y nos viene de nuestros antepasados.
En el día a día, lo que más nos frena a la hora de dar un paso adelante es la mirada ajena, que nos juzguen. Si consigues superarlo una vez, la siguiente vez será más fácil. Se entrena, está comprobado. Es una fibra que se hace más fuerte cuanto más la haces vibrar.
Héroe aprendiz o heroína confirmada, grandes acciones o pequeños gestos.
En lo heroico el tamaño no importa.
El antagonista del héroe no es el malo (de la película), el antagonista es el observador.
Si quieres escuchar la historia de un héroe anónimo, si quieres conocer algunas pequeñas prácticas de héroe aprendiz y porqué creemos que las personas líderes en las empresas son también heroínas, ¡dale al play! y escucha el nuevo podcast Equilia On.
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¡Feliz semana!