Cuando el mal nos quiere hacer el bien
Homeostasis: 1. f. Biol. Conjunto de fenómenos de autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo.
Los sofocantes calores que estamos viviendo este verano y comienzos de otoño, están poniendo a prueba la capacidad de nuestros cuerpos para regular la temperatura y nuestro equilibrio interior. Es decir, ese fenómeno biológico que nos permite sostener la vida, llamado Homeostasis.
En nuestro organismo existe una memoria biológica del estado óptimo y cuando se aleja de él, se activan mecanismos que buscan la recuperación del estado perdido. Ejemplos cotidianos de procesos de homeostasis pueden ser la digestión, la cicatrización, la respiración, el equilibrio postural etc.
El proceso aparece a partir del rechazo por el desequilibrio. Si el organismo no consigue recuperar el equilibrio, acaba apareciendo la enfermedad.
Si lo llevamos al plano psicológico, cuando la mente no logra recuperar el equilibrio, aparece el sufrimiento.
¿Existe entonces la homeostasis psicológica?
Al parecer, la evolución biológica está más perfeccionada que la evolución psicológica o mental. Es decir, no tenemos mecanismos tan perfectos para recuperar la homeostasis psicológica.
En general la palabra Rechazo no nos gusta; aunque el rechazo sea la energía básica de la transformación. Todo depende entonces de la manera que tenemos de rechazar aquello que no nos gusta de nosotros/as mismos/as, aquello que queremos cambiar.
Muchas veces usamos formas bastante violentas para intentar cambiarnos – “la letra con sangre entra”; “me tengo que meter más caña, no es suficiente”; “una vez más no lo he conseguido, soy un inútil” …
Pareciera pues que no hemos desarrollado procesos de autosanación psicológicos tan eficaces como hemos hecho en lo biológico.
Los mecanismos de rechazo de nuestro ego por el aspecto de nosotros/as que no nos gusta, no siempre desencadena procesos tan efectivos. A veces, la manera que usamos para recuperar el equilibrio psicológico termina haciéndonos más daño que eso que queremos cambiar. Es decir, nos puede producir más sufrimiento que lo que deseamos cambiar.
El coaching transpersonal nos ayuda a desarrollar una forma de transformar aspectos sin apelar a la violencia interna. Se basa en el cambio del maltrato al bientrato interior.
Pasar del reproche, del rechazo, a la comprensión de una parte mía, de por qué es como es. Ver su intención positiva (entender sus necesidades) detrás de sus actos que rechazamos. Esto es, poder ver la mejor intención posible en todos mis aspectos interiores y tratar siempre de descubrir eso, en vez de rechazarlo.
Cuando pasamos del buen trato interior pasamos también al buen trato exterior.
Si deseáis profundizar más en cómo gestionar los estados de desequilibrio psicológico para transformar emociones y/o aspectos internos, os recomendamos el trabajo del Dr. Norberto Levy (http://autoasistencia.net/norbertolevy/norbertolevy.html)
“Solemos creer que las emociones son el problema. Que el miedo, el enojo, la culpa etc., son los problemas que nos acosan. Y no es así. Se convierten en problemas cuando no sabemos cómo aprovechar la información que brindan, cuando “nos enredamos” en ellas y nuestra ignorancia emocional las convierte en un problema más. Entonces sí, cada uno de estos estados agrega sufrimiento estéril a la experiencia que vivimos. Pero, repitámoslo una vez más, no es la emoción en sí lo que perturba sino el no haber aprendido aún cómo leer y aprovechar la información que transmite”. (“La Sabiduría de las emociones” de Norberto Levy)
El Coaching Transpersonal es una línea de trabajo de acompañamiento personal en la que en Equilia estamos formadas y certificadas. Si deseas más información, ¡llámanos y hablamos!
Feliz domingo.