Comprometernos
Si alguien pudiera escuchar nuestras conversaciones internas (¡menos mal que no es posible!) se encontraría con un montón de propósitos, objetivos, nuevas acciones e ideas que nos gustaría realizar pero que no decimos en voz alta por si acaso…
Por si finalmente no lo hacemos -“así puedo echarme para atrás y no pasa nada, nadie se ha enterado”-, por miedo a los feedbacks de los demás, por no encontrarnos con caras incrédulas o de desaprobación, por no recoger más dudas de las que ya tenemos…en definitiva, por no exponernos demasiado.
¡A saber cuántas magníficas ideas y acciones se habrán perdido por no haberlas compartido!
Sin embargo, el comentar en voz alta nuestra intención (podemos empezar a hacerlo con personas de confianza) puede ser el primer paso del camino hacia su realización.
El acto de verbalizar por primera vez eso abstracto que tenemos dentro, nos obliga a elegir las palabras, el tono, a construir una narrativa para expresarlo. Esto, a su vez, nos ayuda a tomar conciencia de cómo de elaborada está nuestra idea, cómo de coherente es, cómo de convencidos/as estamos de ella, etc.
Crear un discurso sirve para empezar a dar forma, a concretar, y así valorar si decidimos seguir adelante o si tal vez amerita hacer algún cambio respecto a lo que imaginábamos. En definitiva, ayuda a direccionar y a lanzar el movimiento. Y esto, precisamente, puede ser otro de los grandes frenos porque sentimos que nos compromete ya de alguna manera.
Comprometernos con algo o con alguien todavía incierto en nuestro interior es a menudo difícil para muchos de nosotros/as porque se interpreta como una cierta falta de libertad, como una obligación o como una futura evaluación de nuestra coherencia personal; y no nos gusta quedar mal, estar equivocados/as, “fracasar”…
Así que, muchas veces, vamos por la vida a medias tintas. Sin conprometernos de verdad con nada, con nadie o con nosotros mismos por una falsa idea de auto-protección, de tranquilidad o de libertad.
¿Qué tal si cuestionamos nuestras creencias alrededor del compromiso?
Entendemos el compromiso como el acto de poner toda nuestra atención, energía, recursos y emoción en algo (incluso en lo más pequeño y cotidiano), en alguien o en nuestro propio bienestar. Esforzarnos de verdad, al 100%. De esta manera, nunca podrá ser un fracaso si sale mal ya que nos quedaremos con la conciencia tranquila, con paz interior por haberlo intentado con todas nuestras fuerzas.
¡Estamos en una época ideal para empezar a entrenarnos! La vuelta al cole suele ser como un comienzo de año al que llegamos con buenos propósitos, deseos o intenciones, ¿verdad?
Pues bien, atrevámonos a expresarlos en voz alta. Incluso os animamos a escoger una persona de vuestro alrededor que os acompañe en vuestro compromiso. Una persona en la que confiéis y a la que pidáis que de vez en cuando os llame u os escriba para preguntaros -“¿cómo vas de lo tuyo?”.
El camino es más fácil y también divertido cuando compartimos los logros, miedos, alegrías y dudas.
En Equilia ya estamos de vuelta preparadas para el nuevo curso: comprometidas con lo que ofrecemos y con cómo lo ofrecemos.
¡Feliz Rentrée!