Resistencia al cambio
Existen mil tipos de personas distintas, ¿verdad?, y otras tantas maneras de afrontar los cambios que suceden en nuestras vidas.
Índice de contenidos:
Qué es la resistencia al cambio
Una modificación, por muy ligera que sea, puede provocar resistencia al cambio. Independientemente del entorno en el que suceda y de su impacto real: una innovación tecnológica que se lance al mercado, una modificación en una organización (organigrama, responsabilidades, manera de hacer el trabajo, …) o cómo evolucionan las vidas familiares, entre otros muchísimos entornos en los que la vida avanza y cambia.
Por tanto, aunque existen mil maneras de reaccionar ante estas modificaciones/perturbaciones, es posible agrupar nuestra respuesta ante ellas y, por tanto, la resistencia que ponemos al cambio.
Es lo que explica la Teoría de las Evoluciones: la evolución que siguen las «novedades» en la sociedad. Decimos novedad, pero bien podríamos designarlas como innovaciones (sean tecnológicas o no), las nuevas ideas o la manera de hacer las cosas dentro de un sistema (desde una organización a una familia).
A ver, ¿no os ha sucedido que ante cualquier sugerencia de modificación haya personas que se animan y otras que se enrocan sin querer saber nada de ello?
Si quieres tener más detalles sobre la Teoría de las Evoluciones, la Wikipedia lo explica perfectamente.
Nosotras queremos acotar el tema a cómo lo trató Everett Rogers con su Difusión de la Innovación. Aunque es cierto que su trabajo está más enfocado al ámbito de la innovación y su utilización desde el marketing y la comunicación, creemos que muchas de las lecciones que podemos extraer son extrapolables al ámbito de las resistencias organizacionales al cambio.
Rogers describió y agrupó la manera en que los individuos responden ante los cambios con la teoría arriba mencionada y el gráfico con forma de campana de Gauss que vemos abajo:
Grupos de la teoría de difusión de innovaciones
Según Rogers podemos agrupar a las personas en 5 grupos:
- Iniciadores o innovadores
- Primeros seguidores
- Mayoría precoz
- Mayoría tardía
- Rezagados
Innovadores o iniciadores
Este tipo de personas suponen el 3% y también podríamos denominarlos como agentes del cambio
Hablamos de aquellas personas que proponen o inician el camino del cambio. Somos conscientes del reducido número de personas que tienen esta actitud.
Primeros seguidores
Son las primeras personas en adoptar el cambio. La manera en que se denominan en inglés es muy clara y descriptiva: early adopters. Son nuestros candidatos para ser Agentes del Cambio y no siempre están en el Equipo de Dirección. Pueden aparecer en otros niveles jerárquicos, por eso es importante en los procesos de cambio o transformación, trabajar en varios niveles.
Pueden resultar aliados clave en la fase inicial de un proceso de cambio. Estos seguidores activos suponen el 13% del total.
Mayoría precoz
Se trata de un grupo de personas que no oponen especial resistencia y puede estar relativamente dispuesta a realizar cambios. Una frase que bien podría definirlos es el “si hay que cambiar, se cambia”.
A favor suyo diremos que son capaces de apreciar las ventajas que supone el cambio y la manera en que nos comunicamos respecto a estas personas debe estar orientada en atraerlas a nuestra causa en base a los beneficios que esperan obtener.
No obstante, no debemos caer en asumir que este grupo se sumará al cambio a la primera de cambio. Pueden tener una actitud pasiva respecto a las modificaciones. Y no podemos caer en el error que se comete de pensar que esta mayoría temprana va a aceptar el cambio porque sí. Debemos cuidar a este grupo, puesto que suponen el 34% del total.
Mayoría tardía
Otra manera, muy gráfica, de denominar a este grupo es como Resistentes pasivos. Hablamos de un grupo significativo puesto que suponen un 34%.
Debemos poner especial atención a este grupo, en cómo podemos abordar sus razones para la resistencia al cambio. Puesto que, aunque no sean plenamente conscientes, oponen cierta resistencia, aunque sea de manera pasiva.
En la manera en que sepamos identificar sus necesidades y los temores que tienen ante el cambio reside el éxito que podamos lograr. Por tanto, resulta indispensable realizar un ejercicio de empatía respecto a este grupo en concreto, sin olvidar que dicha actitud resultaría beneficiosa con el resto de grupos.
Rezagados
El último grupo, el de los rezagados, es el que presenta una actitud manifiestamente contraria al cambio. Si consiguiéramos que el porcentaje que suponen éstos fuera menor que el 16% se podría definir el cambio como un éxito.
Siempre existirán personas que no tienen el mínimo interés por cambiar, por asumir, por ejemplo, que tienen que desempeñar un papel distinto o que la organización en la que trabajan ha cambiado.
Debemos intentar encontrar la manera de vencer sus motivos pero la estrategia más adecuada puede que esté en asumir que están ahí, siempre y cuando supongan una cantidad que sea manejable.
¿Cómo podemos vencer la resistencia al cambio de cada grupo?
Vayamos, de nuevo, mencionando uno a uno los distintos grupos.
Innovadores o iniciadores
Puesto que son los que impulsan el cambio, se trata de reconocer y honrar su arrojo y ganas por “tirar del carro”.
Primeros seguidores o Seguidores Activos
Son las primeras personas en adoptar el cambio. Pero, ¿cómo llegamos a que suceda? ¿Cómo conseguimos dar la vuelta a las posibles resistencias que puedan sentir?
Aquí indicamos una serie de posibles acciones:
- Podemos darles un rol de protagonistas en el proceso de cambio, así como autonomía. Es decir, les hacemos partícipes del proceso de cambio.
- Debemos tener presente que estas personas son iniciadoras del cambio en sus entornos, son agentes transmisores y “contagiadoras” del mismo.
- Creemos fundamental reconocer su papel y labor. Mostrando un agradecimiento auténtico, ven reconocida su labor y obtenemos como recompensa su adhesión.
- Al buscar una comunicación constante, bidireccional y fluida con este grupo, además de obtener feedback valioso, conseguiremos que se sumen al cambio, que lo sientan como propio.
- Esta comunicación trae otros frutos, como encontrar y esclarecer aquellos detalles y matices que no habíamos previsto en un principio y pueden ser importantes para ir reduciendo la resistencia al cambio. La comunicación nos aportará información sobre los distintos ritmos a los que debemos avanzar, que variarán de persona a persona, y serán una herramienta fundamental para superar los obstáculos que seguro que encontraremos en el camino
- Otro aspecto que obtendríamos gracias a la comunicación consiste en los primeros seguidores podrán aclarar las dudas que tienen sobre lo que obtienen gracias al proceso de cambio.
- Frecuentemente olvidamos a este grupo porque asumimos que se sumarán al cambio de manera afirmativa, voluntaria e incondicional. Pero mostrar empatía respecto a ellos nos obligará a no darlo todo por hecho y a cuidarlos.
Mayoría precoz o Seguidores Pasivos
¿Qué podemos hacer para vencer las resistencias al cambio de los seguidores pasivos? Tengamos en cuenta dos factores: suponen algo más que el tercio del total y están dispuestos a cambiar si les damos los argumentos que necesitan.
Por tanto:
- Recordemos que es un grupo de mucha gente.
- Démosle el lugar que se merecen. No olvidemos que se trata de seguidores.
- Identificar los liderazgos puede ayudarnos a activar el motor del cambio, el punto de activación.
- Deben ver que el cambio tiene sentido, por tanto: Informar con la transparencia necesaria. Ojo, una transparencia que esté dentro de un contexto, en un proceso de cambio.
- ¿Qué aporta el cambio a estas personas concretas? ¿Qué beneficios concretos obtendrán?
- ¿Y los beneficios que obtiene el sistema o grupo en el que están?
- A la hora de comunicarnos con ellos debemos hacerlo de manera empática, dar con las razones y motivos que de verdad valoran, hacerlo desde la sinceridad, y el cuidado.
- De esta manera, podemos llegar a crear vínculos emocionales respecto a este grupo y los ganaremos para que sean parte del cambio. Es decir, para que pasen de ser Seguidores Pasivos a Seguidores Activos.
- Para hacerlo de manera efectiva, tengamos especial cuidado enasumir que ya conocemos a las personas de este grupo, obviar la necesidad de preguntarles directamente. Esto es, dediquemos tiempo, energía y recursos a observar y escuchar a estas personas.
- Buscamos activarles, hacerles ver que son importantes para que el cambio se materialice, que sin ellos no puede realizarse, que son clave.
- Asimismo, celebrar junto a ellos los logros que consigamos. Esto ayuda a potenciar el sentimiento de pertenecia, de equipo.
Mayoría tardía o Resistentes Pasivos
Estas personas preferirían no cambiar y por ello oponen una resistencia pasiva. Pero las podemos llevar hacia el cambio con un trabajo adecuado. Un trabajo que consiste básicamente atender sus necesidades para cambiar.
¿Cómo?
- Dedicar tiempo a hablar con estas personas, asegurarles una escucha real. Son un grupo lo suficientemente grande como para que dediquemos el tiempo y mimo que este grupolo requiere. Una manera de escuchar y conversar lo más individualizada posible, dentro de las posibilidades.
- Otro aspecto a cuidar consiste en el aseguramiento de su participación. A través de una buena comunicación transversal donde se explique el para qué se realiza el cambio, cómo es la curva del cambio, de una manera clara y sencilla para que resulte fácil de entender.
Rezagados o Resistentes Activos
Más allá de intentar convencer a este grupo, otra posible opción consiste en reducir su número y/o capacidad de influencia.
¿Cómo?
- Para empezar, debemos estar dispuestos a “bajar al barro”. Tenemos que mostrar una curiosidad genuina por conocer los motivos de su resistencia activa; tener presentes los principios de la Comunicación No Violenta a la hora de hablar con estas persoans; mostrarnos ante ellas desde nuestra vulnerabilidad; y dar respuesta a todas las reticencias que muestren.
- Por otro lado, indagar sobre las las razones, necesidades e intereses detrás de su postura.
- Evitemos perder de vista que no podemos destinar todo nuestro esfuerzo y recursos a “convencer” a este grupo de personas que se opone de manera manifiesta al cambio que impulsamos. Para ello, es necesario hacer un trabajo de diferenciación consciente entre el Rol y la Persona.
- Tengamos y dejemos claros nuestros límites, nuestras líneas rojas.
- No olvidemos que este grupo es parte del sistema, por tanto, es posible que sean capaces de mostrarnos un punto de vista que no hemos tenido en cuenta hasta ahora y el mismo puede resultar enriquecedor para el propio cambio; si tenemos la sensibilidad adecuada como para poder verlo.
- Para terminar, seamos conscientes del papel que pueden jugar estas personas respecto a la mayoría tardía, que no dejan de ser resistentes pasivos al cambio. Lo que buscamos es que este grupo afecte de manera muy activa a la resistencia al cambio de la mayoría pasiva.
¿Quieres vencer estas resistencias al cambio en tu organización?
En EQUILIA tenemos amplia experiencia en consultoría y acompañamiento en procesos transformación cultural en organizaciones en gestionar las resistencias que se dan. Si deseas obtener más información, ponte en contacto con nosotras.