Afectivo y Efectivo
Se dice que de lo malo también se sacan aprendizajes y, ahora que empezamos a salir de la pandemia, poco a poco van apareciendo artículos y debates dedicados a hacer balance de este largo año y medio.
Una de las conclusiones, al parecer, es que valoramos mucho más ahora la presencialidad y los vínculos (algo que antes dábamos por hecho). Hay personas que dicen estar deseando volver a la oficina, o al menos combinar el teletrabajo con lo presencial, para terminar con el sentimiento de aislamiento que sienten. Ha quedado claro que somos seres relacionales y que esto debiera ser un factor a tener en cuenta, ahora que el teletrabajo se ha instalado en nuestras organizaciones y modos de funcionar.
A nosotras, además, nos gustaría poner sobre la mesa otro aprendizaje. Se trata del papel fundamental que ha tenido en la pandemia el rol de animador/a en los equipos. Una función a la que no siempre se le ha otorgado especial importancia o atención; incluso en algunos equipos podía tacharse de “poco seria” o “improductiva”.
Los roles tales como las/los estrategas, analíticos, ejecutores de acciones; todos ellos bajo presión, han sido clave en los momentos de caos, dificultad e incertidumbre vividos. Pero esta vez, por las características de esta crisis mundial, nos parece que tan importantes han sido esas personas que sacaban un comentario gracioso para quitarle un poco de hierro a tanta tensión; que regalaban una palmada en la espalda o mirada compañera en el momento preciso; que echaban mano de los restos de su energía para hacer una llamada o enviar un mensaje de ánimo y fuerza en el grupo whatsapp; que inventaban mantras, bailes o cánticos para la unión; que celebraban cada pequeño logro y no cesaban en su intento para mantener vivas la esperanza y confianza incluso en los momentos más oscuros.
Queremos, pues, reivindicar también en los equipos el rol de “dancer” o “celebrador/a” que llaman en la Metodología Dragon Dreaming, una metodología participativa y holística para la implementación de proyectos colaborativos y sostenibles, basado en el crecimiento personal/grupal y la responsabilidad activa. Lo desarrolló el Australiano John Croft basándose en el sistema de pensamiento y sabiduría de los aborígenes Australianos. Propone 4 roles que tienen que ver con Soñar, Planificar, Actuar y Celebrar.
Y si no, preguntad a los equipos de deporte…afirman, sin duda, que la falta de aliento, fuerza, cánticos y ánimos del público ha tenido un impacto tremendamente negativo en su desempeño durante la pandemia; hasta llevarles, en algunos casos, al decenso de categoría.
Un equipo no puede ser efectivo sin ser también afectivo. Necesitamos aprender a gestionar tanto el flujo de información como el flujo de energía y emocionalidad en las organizaciones, combinar y valorar tanto lo tangible como lo intangible. Los procesos de coaching de equipos pueden ser de gran ayuda para elevar el nivel de conciencia del sistema y desde ahí, trabajar los diferentes roles necesarios para dar la mejor respuesta a los desafíos que el equipo enfrenta.
Feliz semana.
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