Remoto
De un día para otro. Así, de golpe, nos encontramos confinados en nuestros hogares con permiso para las salidas extrictamente necesarias. Por responsabilidad individual y para con nuestra Sociedad.
En esta situación a muchas personas se les ha pedido que teletrabajen sin haberlo hecho nunca antes, sin periodo de adaptación ninguno y sin las mejores condiciones para ello (niños/as en casa, falta de espacio o recursos tecnológicos, etc.). Por eso, nos gustaría aportar nuestro granito de arena, que es nuestra experiencia de muchos años en el teletrabajo, por si pudiera ayudar a alguien.
Si estamos empezando a teletrabajar en equipo:
Para mantener el buen desempeño y eficiencia, el bienestar de las personas y las relaciones sanas, nos parece importante, en estos primeros días de teletrabajo, dedicar tiempo a hablar y acordar en equipo:
- Qué recursos tecnológicos y aplicaciones tenemos a nuestra disposición.
- Qué tareas se pueden hacer a distancia.
- Fijar los objetivos y los resultados esperados.
- Decidir los mecanismos de seguimiento- entregables diarios/semanales, cuántas veces al día/semana reunirnos por video conferencia (Skype, Zoom etc. al comienzo nos parece conveniente que tengamos la posibilidad de vernos).
- Dado que serán las primeras reuniones virtuales para muchas personas, acordemos también las técnicas para que éstas sean eficaces y ágiles (últimamente hay varios posts al respecto. Nos ha gustado éste en particular.
- Echémosle creatividad y humor para organizar momentos de un tele-café en grupo, un tele-pintxo-pote
El teletrabajo puede ser un cambio muy drástico por lo que reservar unos minutos de esos encuentros online para conversar sobre cómo nos sentimos, qué necesitamos, para escucharnos y apoyarnos puede ayudar.
Los/las líderes y responsables tienen un papel especial para que nadie se sienta aislado y desconectado del equipo / empresa y su “presencia”/disponibilidad (por teléfono, mail, video-conferencia) será clave. Y también que todos/as hagamos un ejercicio consciente de flexibilidad y mucha comprensión al comienzo.
Aprender a teletrabajar a marchas forzadas puede ser una gran oportunidad para desarrollar la cultura del trabajo en remoto en algunos equipos y organizaciones y convertirlo en una medida de conciliación de la vida laboral y personal/familiar de cara al futuro.
A nivel personal, para que este primer contacto con el trabajo desde casa no sea una experiencia “a no repetir nunca más”, hay muchos consejos que podamos encontrar en las redes; algunas importantes nos parecen estas:
Respetar rituales como vestirse para trabajar (y no quedarnos en pijama todo el día), marcar horarios de comienzo y fin del trabajo, organizar las tareas a realizar cada día…una especie de rutina. Separar bien las franjas de tiempo de trabajo de “otras actividades”. Dedicar un tiempo fijo (aunque sea por franjas breves) al trabajo y durante este tiempo centrarse. Un método que a muchos/as les parece eficaz, ante la repentida “libertad” (para no decir desmadre) del trabajo en casa, es el llamado “pomodorí”.
Organizar el trabajo no está reñido con trabajar en un entorno placentero, por ejemplo acompañarnos de música, ponernos un café en nuestra taza preferida…
Y para terminar…. en Equilia nos encanta ver que en esta situación crítica haya tantas personas que intentan aportar su granito de arena para que no caigamos en el desánimo, que con su humor, su creatividad, su generosidad, solidaridad, altruismo y apoyo mutuo nos están enseñando que estamos todos juntos en esto. Pongamos toda nuestra atención e intención en lo que nos une, en lo que queremos que crezca y prospere. ¡Juntos/as podemos!¡Vamos!
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