Regalo de los Reyes Magos
¡Estamos entusiasmadas con las nuevas gafas que nos trajeron ayer los Reyes
Magos! Te las pones y ves el mundo al revés. Al principio te mareas un poco. Y
aunque parezca una sinsorgada de regalo, estas gafas son extraordinariamente
útiles para la vida. Por ejemplo, ¿qué ves en esta foto?
Esta foto es real, no ha sido manipulada, todo lo que en ella ves existe y está en el lugar correcto.
Ahora nos ponemos las gafas mágicas – si los Reyes no os han traído ese maravilloso regalo podéis conseguir el mismo efecto girando la foto – y comprobamos que lo único fuera de lugar era nuestro punto de vista.
Evaluamos y juzgamos el mundo alrededor nuestro (información, situaciones, personas…) a través de nuestras “gafas con graduación personalizada”.
Efectivamente, nuestros juicios y opiniones son necesarios para poder tomar decisiones y relacionarnos. Sin embargo, tenemos tendencia a creer que nuestras opiniones sobre el mundo son hechos y que nuestra manera de ver las cosas, con nuestras gafas, es la única verdad posible.
En la relación con otras personas, en el trabajo en equipo, en definitiva, en nuestra manera de estar en la vida, nuestras opiniones y juicios pueden abrirnos o cerrarnos posibilidades.
Tener a mano unas gafas mágicas del mundo al revés puede ser muy útil para:
- Ser conscientes de que nuestra opinión no es una verdad absoluta.
- Ir más allá de las “etiquetas” que colocamos a las otras personas (“ésta es
lista, éste me cae bien, creo que esta persona no me aprecia, seguro que si
viene X a la cena la va a liar…”) a la hora de escuchar, conversar y
relacionarnos con ellas. - Escuchar y valorar todas las opiniones. Estar abierto/a a nuevas perspectivas,
posibilidades, ideas…por locas que parezcan. - Indagar cómo las otras personas llegan a la opinión que expresan y exponer
cómo llego yo a la mía. - Ser conscientes de que a veces “tener razón” sólo nos sirve para
“alimentar nuestro ego” (“yo gano, tú pierdes”, “¿¡ves!? Yo tenía razón!”)
y no para conseguir un buen resultado o relación. - Darnos el permiso de dejarnos sorprender por la vida y seguir aprendiendo
como lo hacen los niños/as.
Todo depende de las gafas con las que miramos: Evaluamos una situación, una persona, actuamos en consecuencia y llegamos a un resultado. Si el resultado que solemos conseguir no es satisfactorio, quizás valga la pena probarnos otras gafas.
¡Empezamos con ilusión el nuevo año estrenando gafas nuevas!
Feliz 2019
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