Veo veo algo de color humano
¡Ya es una realidad!
Se llama Da Vinci, es un robot cirujano y opera bajo la supervisión de un/a cirujano humano/a a distancia, dotado de un zoom muy superior a la vista humana y haciendo cortes de extraordinaria precisión, entre otras capacidades sobrehumanas…
Robots guías de museos (en el Parque de las Ciencias de Granada por ejemplo), drones salvavidas… y otros muchos oficios desempeñados ya por robots pero desconocidos por el gran público. Últimamente nos hemos encontrado con cierta frecuencia con el tema Oficios del futuro en conferencias, artículos y programas de radio, y aunque los expertos insisten que el futuro nunca dejará de ser un misterio, apuntan a ciertas tendencias de futuro y que en parte ya han llegado al presente. Por ejemplo, la tecnología cuántica, la transformación digital como el internet de las cosas (IoT = La interconexión digital de objetos cotidianos y máquinas con internet), lo virtual, la automatización de todas aquellas tareas físicas y repetitivas etc.
Y aquí es donde entran los robots. Un mundo para muchos/as de nosotros/as, todavía, poco familiar a la par que fascinante por ese componente de película de ciencia ficción que tiene. ¿Estaremos yendo hacia un Blade Runner? ¿Acabaremos conviviendo con robots que sientan emociones, robots con empatía y que pueden aprender de la experiencia?
Las opiniones de los expertos respecto a los oficios del futuro coinciden en que todo aquello que tenga un componente emocional, un componente de relación, de experiencia, de influencia, esos trabajos donde nos gusta que nos atienda otra persona, serán en menor medida integrados por robots.
Parece pues que el desarrollo de las habilidades transversales, esas capacidades intangibles, van a jugar un papel clave de cara al futuro. Debieran convertirse en hábito, nos recomiendan:
- Aprender a aprender.
- Espíritu crítico.
- Apertura a nuevas ideas.
- No dar las cosas por hecho (especialmente con la proliferación de las fake news en las redes).
- Capacidad de escucha, de dar nuestra opinión de forma asertiva.
- La empatía.
- El componente artístico.
- …
Lo resumió muy bien el profesor Darío Gil, vicepresidente de Ciencia y Tecnología de IBM Research, en una conferencia a la que asistimos hace dos años en Madrid (ver post “The Beautiful Idea)
“En esta era de transformación digital, el ser humano es la pieza fundamental ya que aporta la experiencia, el sentido común, sus valores, los tan necesarios límites éticos a la investigación y sus emociones, su parte artística. Los mejores científicos o innovadores son capaces de ver la Idea Preciosa, The Beautiful Idea”
De ahí la importancia que la Educación tome buena nota de todo ello para adelantarse e incorporar programas potentes de formación en valores y en esas habilidades transversales en los centros educativos. Equipemos a nuestros/as jóvenes con los recursos necesarios para adaptarse, crecer y seguir desarrollándose personal y profesionalmente cuando las capacidades técnicas en las que se han formado queden obsoletas (¡lo que sucede cada vez más rápido!).
Pero también animamos a empresas y organizaciones, de todos los tamaños y sectores, a dar el paso (pasar del dicho al hecho o Walk the talk– como dicen los anglosajones) e invertir de forma consciente en el desarrollo de sus personas y equipos, en el liderazgo, en las competencias intangibles arriba descritas, en la cultura organizacional al fin y al cabo… puede que para algunas de ellas sea una cuestión de supervivencia.
¡Nosotras seguimos trabajando infatigables para ello!
Feliz semana.
Etiquetas: cultura organizacional