PASCUA EN PARIS
Durante estas vacaciones de Semana Santa en París he hablado mucho con amigos/as sobre las elecciones francesas y el ambiente que se vive en la sociedad gala actualmente. Y partiendo de este tema, que está a la orden del día como es natural, acabábamos conversando sobre otros como el futuro (el panorama internacional no es muy halagüeño que digamos), las emociones y reacciones humanas, la importancia de aprender a conectar más a menudo con esa “brújula” que todos/as traemos de serie aunque funcionemos la mayor parte del tiempo en modo “automático”, en definitiva, sobre la necesidad de desarrollar la conciencia colectiva si queremos contribuir a una transformación social.
Estas conversaciones de Pascua me han hecho reflexionar y tomar conciencia de las muchas acciones de generosidad y de conexión consciente entre personas que se dan, y en las que participo, en mi pequeño entorno. Como por ejemplo:
Hemos podido pasar unas estupendas vacaciones en familia en París gracias a que amigos Parisinos nos prestaron su apartamento, mi hermano y su familia numerosa van a intercambiar casas con otra familia francesa durante las vacaciones de verano, recientemente una amiga artista nos ha regalado generosamente su excelente trabajo en agradecimiento por la intensa experiencia compartida en una formación que organizamos en Marzo, una red internacional de mujeres nos pusimos de acuerdo (con diferencias horarias de por medio) para hacer una meditación colectiva y enviar nuestra fuerza a una amiga común que estaba enferma…
Aunque pensemos que nuestro círculo de influencia es demasiado pequeño, estamos convencidas de que todos/as podemos contribuir a un cambio de actitud, de modo de hacer las cosas y de relacionarnos tanto en la sociedad, como en nuestras familias, como en los equipos en los que trabajamos.
Se trata de una decisión consciente. No siempre es fácil, ya que actuar de manera coherente en ocasiones no es el camino más sencillo pero sin duda es el más satisfactorio.
Precisamente, reflexionamos al respecto con el equipo al que tenemos la suerte de estar acompañando en un proceso de coaching aquí en París:
“La satisfacción empieza a nacer en un equipo justo desde el momento en que sus componentes se comprometen a buscarla….Las quejas no hacen más que alimentar los sentimientos de miedo, frustración y rivalidad. Pero en cambio, en el momento que un equipo decide que es su responsabilidad hacer que los miembros del mismo se sientan satisfechos y disfruten de la experiencia del trabajo conjunto, se produce un cambio casi mágico que abre las puertas a la posibilidad de una mayor satisfacción.
Curiosamente, a menudo, cuando la experiencia de trabajo en equipo ha sido mala, se culpa al líder como si él fuera el responsable principal de los resultados del equipo. Pero la realidad es que la idea de “mal equipo” implica en sí misma un componente de fracaso personal ya que la esencia del trabajo en equipo es la responsabilidad compartida.
En definitiva, la clave para mejorar el nivel de satisfacción de un equipo está en llamar la atención de los componentes sobre el hecho de que son ellos mismos los que con su forma de ver la realidad y su comportamiento determina la calidad de la experiencia del trabajo en común” (“Sabiduría de los equipos” de Jon R. Katzenbach y Douglas K. Smith).
Y para terminar nos gustaría celebrar (¡celebremos siempre!) con todos vosotros/as los 3 años que cumplimos este mes de Abril compartiendo nuestras reflexiones en nuestro blog “Episodios Equilia”: Santé!
Feliz fin de semana.
Etiquetas: coaching