Preocuparse vs Ocuparse
Ando inmersa en una mudanza de casa que me está requiriendo de una planificación de actividades varias que aunque no sean difíciles, tengo que hacerlas y me demanda energía: organización y traslado de cajas, comprar pintura, pintar paredes, decidir la nueva disposición de mis antiguos muebles en un nuevo espacio, firma de contratos, cambios de domiciliación etc.
Cuando firmé el contrato repasé mentalmente todo lo que tenía que hacer hasta estar instalada y al visualizar todo el proyecto para conseguir el resultado deseado, sentí una mezcla entre pereza y agobio poco agradable que me bloqueó por un momento.
En este tipo de situaciones me sirve pararme a pensar en la distinción entre Preocuparse y Ocuparse. Así que recurrí al eficaz método de las listas donde escribo, en mi caso sobre papel, todas las tareas de las que me tengo que ocupar. Es decir, desgloso las actividades y las organizo por días y/o semanas.
¡Qué gran placer el tacharlas según las voy cumpliendo!
Una vez más compruebo que ganaríamos un tiempo precioso si en lugar de enjuiciar las cosas, de reflexionar tanto y querer controlarlo todo, las afrontásemos y pasásemos a la acción. Claro que es necesario reflexionar y barajar todos los posibles escenarios, obstáculos, recursos en cualquier proyecto – pero en su justa medida.
Muchas veces reflexionando solemos complicar las cosas y esto nos conduce a la parálisis. Lo que de entrada nos añade miedo, pereza, agobio, cuando nos ponemos con actitud constructiva (tema del que ya hemos hablado en “Se ofrecen prácticas de amabilidad en Nueva Zelanda”) todo es más accesible de lo que parecía.
Por eso, en esta aventura de mudanza, he decidido conscientemente que quiero disfrutar de lo que a priori se me presentaba como un cúmulo de tareas “aburridas”: disfrutar y dejarme sorprender por lo que en él puedo encontrarme.
He empezado a preguntar a mi alrededor consejos de decoración, pedí ayuda para encontrar trabajadores de gremios y la verdad es que estoy disfrutando de estar en contacto con personas que me están ayudando, enseñando múltiples trucos prácticos que desconocía, y sobre todo animando.
Porque como leí en un precioso libro que me han regalado recientemente (eskerrik asko Miguel) y que recomiendo – “Biografía del silencio”:
“Pensamos mucho la vida pero la vivimos poco” (Pablo D’Ors)
Que no se nos olvide, ahora que nos acercamos al nuevo año y nos proponemos nuevos proyectos, retos, propósitos…
Feliz fin de semana y felices vacaciones de Navidad
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