Entrenamiento de recursos personales en Hong Kong e India
Ahora que llevo algo más de 3 meses viajando, me doy cuenta que hacer una vuelta al mundo en solitario en tan poco tiempo requiere de una buena forma física y mental. ¡Esto es como un maratón señores y señoras!
Aproximadamente cada 20 días cambio de país/continente y eso significa que cada 20 días todo vuelve a empezar de cero: cambio de idioma, de moneda, de estación o de clima, de tipo de ropa, de comida, hacerse con guías del país, decidir qué lugares visitar, buscar alojamiento, medios de transporte etc.
Pero esta parte logística es la más fácil de aprender gracias a las maravillosas páginas web que existen hoy en día y a los inestimables consejos de muchos/as viajeros/as con los que me encuentro en el camino.
Lo que supone el verdadero desafío a todos los niveles es el cambio de cultura constante y por consiguiente cambio de manera de pensar, de reglas de comportarse en sociedad y la manera de ver las cosas.
Cada vez, se necesitan unos días de adaptación para tomar el pulso al ritmo del lugar y para comprender los códigos de conducta de manera a no meter la pata o resultar maleducada.
Hasta ahora, la adaptación a las nuevas culturas me había resultado relativamente fácil, en gran parte por hablar el idioma local y porque había muchas similitudes con mi cultura occidental, empezando por la manera de comer…hasta llegar a Hong Kong e India.
En estos dos países el ejercicio de apertura (la extranjera soy yo), de atención consciente y de adaptación me ha resultado mucho más exigente por la gran diferencia cultural y mi grado de desconocimiento. Y eso que se supone que en los dos lugares gran parte de la población habla inglés, idioma que controlo, pero no es su idioma original.
Manejar y gestionar constantemente estos ingredientes que acabo de mencionar, tanto la parte logística pero sobre todo la parte de diferencia cultural, me está pareciendo un entrenamiento de mis recursos personales ante lo desconocido, la incertidumbre, la impermanencia del momento (no hay rutina ni referencia familiar alguna), para tener las antenas desplegadas…en definitiva, para aprender a moverme fuera de mi zona de confort.
A menudo, en nuestras vidas, en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, caemos en el modo “piloto automático”, en la comodidad, y vamos perdiendo capacidad de observación, de sorprendernos, de maravillarnos, de retarnos, de innovar…
Sería conveniente abrir de vez en cuando espacios de conversación y de reflexión conscientes, tanto a nivel personal como en nuestros equipos de trabajo, para entrenar el músculo de “los recursos personales”
Además de resultar muy satisfactorio comprobar que nos vamos superando y que por tanto estamos adquiriendo nuevas habilidades, resulta un ejercicio sano (evita que nuestras facultades se atrofien, el aburrimiento y muchas veces la tristeza…) y nos hace crecer tanto a nivel personal como a nivel de equipo.
¿Cuándo fue la última vez que te retaste personalmente?
¿Cuándo fue la última vez que os retasteis en tu equipo de trabajo?
Os dejamos con este vídeo sobre la importancia de retarse para agrandar nuestra zona de confort, mejorar nuestras habilidades y adquirir más recursos personales:
¡Feliz fin de semana!
Todo mi agradecimiento a Lee y Raphael, Chiku y Alicia y Ahtushi por sus valiosos consejos y por haber facilitado mi estancia en Hong Kong e India.
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