Oda a la amabilidad
“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento” (Viktor Frankl)
Estas vacaciones de Semana Santa he estado en París, ciudad a la que voy a menudo a visitar a muy buenos amigos/as y también por trabajo. En esta ocasión he sentido un ambiente diferente en la ciudad, especialmente en el metro…un ambiente cargado, de tensión y de cierto miedo. No es de extrañar, podríamos pensar, después de los atentados del pasado Noviembre y de los atentados de Bruselas que coincidieron esa misma semana.
En uno de los trayectos que realicé en metro, interrumpieron el tráfico por haber encontrado un bulto sospechoso en una de las estaciones y nos anunciaron que, mientras la policía se ocupaba de ello, debíamos bajarnos en la siguiente estación. Después de un largo rato parados en medio de las vías y cuando se empezaba a palpar cierta tensión, la mujer sentada a mi lado empezó a informarnos amablemente, con una sonrisa, sobre las noticias que a través de una aplicación de su teléfono móvil iba consiguiendo. Poco a poco las personas de nuestro alrededor entablamos una conversación que nos hizo sonreír, reír incluso en ocasiones…a tal punto que al bajarnos del metro nos fuimos saludando unos a otros.
He pensado mucho estos días sobre el poder cohesionador que tuvo la amabilidad de aquella mujer y he querido escribir esta pequeña oda. Una reivindicación a ejercer la amabilidad consciente como filosofía de vida. La amabilidad, al igual que la confianza, es una decisión, una actitud en la vida.
Aprender a ser amable no esconde secretos mágicos ni complicados. Requiere simplemente prestar una mayor atención a las cosas que hacemos y decimos en el trato con los demás. Se trata de un ejercicio consciente diario.
Las circunstancias no se pueden cambiar pero sí la actitud con la que nos enfrentamos a ellas. Siempre tenemos la libertad de decidir nuestra actitud (aunque a veces nos resulte difícil verlo).
La amabilidad consciente nos hace más fuertes y más libres frente a nuestras circunstancias. Algo se transforma en nosotros/as cuando la ejercemos. Nos ayuda a sentir satisfacción y certeza de que vamos por un buen camino, de que contribuimos a hacer cosas positivas para la sociedad, que buena falta le hace en estos momentos.
“Everyone you meet is fighting a battle you know nothing about. Be kind. Always” (Toda persona está luchando una batalla de la que no sabes nada. Sé amable, siempre)
¿Conoces el poder de la amabilidad? Practícalo y verás.
Feliz fin de semana.
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