El arte de cultivar relaciones
Esta semana ha sido muy especial ya que he recibido a dos extraordinarios amigos en mi casa. Miles de kilómetros nos separan a los tres y, por alguna conjunción extraña de los astros, hemos coincidido la misma semana en Bilbao, para nuestra alegría.
Hay relaciones de sólida amistad que nos invitan a compartir superaciones (la del paso del tiempo —sí… ¡nos vamos haciendo viejos/as!—), y también celebraciones: la de la larga historia de acciones/gestos/palabras que avalan la fuerza de nuestro vínculo. Para cuidar todo esto, le abrimos paso a nuestras rutinas, y nos unimos con el sencillo propósito de disfrutar (de lo lindo) recordando hazañas y aventuras, proyectando futuros y sintiendo el momento presente como un privilegio. Y todo ello con una buena botella de vino.
Ante esta vivencia, tan especial, se nos han abierto interrogantes sobre cómo experimentamos las relaciones. Reflexiones, por otro lado, necesarias en estos tiempos de Modernidad Líquida, término acuñado por Zygmunt Bauman, donde pareciera que todo lo que era sólido se ha licuado, en el que nuestros acuerdos son temporales, pasajeros, válidos solo hasta nuevo aviso.
Y, casi providencialmente, he llegado a esta frase del escritor francés Albert Camus que recoge la esencia de lo que esta semana he sentido respecto a las relaciones de amistad (y todos sus milagros):
“Plus je vieillis et plus je trouve qu’on ne peut vivre qu’avec les êtres qui nous libèrent et qui vous aiment d’une affection aussi légère à porter que forte à éprouver » (Albert Camus à René Char « Correspondance 1946-1959 »)
“A medida que envejezco más me convenzo de que sólo podemos vivir con los seres que nos hacen sentir libres y que nos aman con un afecto tan ligero de llevar como resistente ante cualquier prueba” (Albert Camus a René Char “Correspondencia 1946-1959)
¿Qué tipo de relaciones se dan en los diferentes sistemas en los que interactúo (familiar, de pareja, de amistad, laboral, de ocio… )? y ¿Cómo contribuimos cada uno/a a ellas?
Nos gusta hacer estas preguntas en los equipos a los que acompañamos. Aunque en muchos entornos se considere un tema “soft”, las personas tenemos una extraordinaria necesidad de relacionarnos y por ello deberíamos tomarlo como un tema al que dedicar especial atención en los procesos de desarrollo de los equipos.
Precisamente, un gerente nos comentaba hace poco que tenía la sensación de que en el último año, en el Equipo de Dirección, habían puesto toda su atención y foco en sacar adelante la gran carga de trabajo que tenían (el Hacer) en detrimento de esos momentos donde cultivar las relaciones entre los miembros (el Ser), y eso les estaba pasando factura en el funcionamiento del equipo.
En definitiva, si bien en ocasiones puede parecer una “pérdida de tiempo” pasar tiempo juntos/as en equipo para conocernos mejor, para hablar de nosotros/as, de cómo nos sentimos, de qué nos gusta o no nos gusta, de qué necesitamos etc. (en el mundo empresarial tendemos a no conceder tanta importancia a lo intangible), nuestra experiencia nos confirma que se trata de una inversión de gran valor a futuro ya que el estilo y calidad de las relaciones entre los miembros de un equipo es el ingrediente que diferencia a los equipos que funcionan muy bien de los equipos de alto rendimiento.
Y para terminar os dejamos con este interesante artículo para seguir reflexionando sobre la importancia de cultivar relaciones para potenciar la Inteligencia Colectiva del equipo.
Feliz fin de semana
Etiquetas: Sin categoría