Todos somos narradores
Fue el título y la pregunta con la que empezaba un artículo de El Semanal de El País que captó mi atención:
“¿Es la necesidad de contar, de imaginar, de hilar ficciones con los materiales de la experiencia, la emoción y los sueños, lo que lleva hoy en España a tanta gente a llamar a las puertas de un taller de escritura?”
A esta pregunta respondían varios escritores ya consolidados y personas que aprenden y practican las técnicas de escritura en dichos talleres:
“Escribir como rebeldía, como asidero ante las frustraciones de un presente incierto”.
“Ayuda a sobrellevar las prisas, las incertidumbres, no sólo externas, sino también íntimas”.
“La escritura aporta intensidad. No simplifica nuestra vida pero sí que la hace más rica, autoconsciente y hondamente humana”.
“(…) cuando hacemos algo original con la propia vida y sentimientos no somos meramente objetos con cartera, sino sujetos libres y activos, autores o artistas de nuestras propias vidas”.
En los procesos de acompañamiento tanto individuales como de equipo, nos parece fundamental facilitar reflexiones que lleven a la persona o al equipo a tomar conciencia de las historias que narra (internas y externas) y de los resultados que a través de ellas está consiguiendo (ya hablamos en otro post sobre “Storytelling: el poder de las historias»). Se trata del primer paso para construir conscientemente nuevos relatos claros, liberadores, cohesionadores, creativos… que potencian a la persona, al equipo, a la organización..
Precisamente la semana pasada, acompañamos a dos equipos de Dirección en sesiones de reflexión cuyos resultados querían comunicar después a toda la plantilla y en las que se dedicó un espacio a compartir opiniones, ideas e inquietudes sobre cómo elaborar una buena estrategia de comunicación para ello. Construir y saber narrar un buen relato hacia el exterior puede ser uno de los factores críticos de éxito para aunar a las personas alrededor de un proyecto común. Requiere, por lo tanto, tiempo de preparación, técnica y mimo, no se trata de un simple trámite de tipo “publíquese y hágase”.
Creemos necesario, especialmente en contextos de trabajo de rapidez, presión e incertidumbre, contar con más espacios de diálogo, de intercambio de historias, de co-creación de nuevas historias y narración de ellas.
Y para ir entrenándonos, podemos empezar a identificar la red de historias que intercambiamos en nuestro día a día y las realidades que a través de ellas creamos. Somos, pues, expertos/as narradores/as sin ser siempre conscientes de ello.
¿Nos animamos?
¡Feliz fin de semana!
Etiquetas: #coaching #storytelling