¿Hacemos demasiadas fotos?
Desde que vi esta foto, he recordado bastantes veces la entrañable cara y actitud de la viejecita a lo largo de estas semanas.
Y como sucede cada vez que ponemos nuestra atención en algo, me he cruzado en el camino con situaciones, conversaciones y artículos relacionados de alguna manera con esta foto …¡la famosa sincronicidad ! (ya se sabe… si tenemos el brazo escayolado sólo vemos personas con escayola en la calle y así un largo etc.)
Por ejemplo, el domingo pasado (18 de Octubre) leyendo el suplemento dominical Ideas de EL PAIS, titulado “La tiranía de la imagen”, encontré varios artículos relacionados de los que, a continuación, presento algunas frases/ideas:
La psicóloga Linda Henkel de la Universidad de Fairfield en Connecticut presentaba los resultados de una investigación que hizo con estudiantes a los que dividió en dos grupos. A uno de ellos le pidió que fotografiaran ciertas obras de un museo de artes plásticas, y al otro que se limitaran a observar. El resultado fue que los estudiantes que habían fotografiado recordaban menos obras y menos detalles de cada obra que los que se habían limitado a observar.
“El mero hecho de tomar una foto de un cuadro parece, por tanto, una buena receta para olvidarse de él (…).Curiosamente, este efecto negativo de la fotografía se revierte si, en vez del cuadro entero, lo que se pide fotografiar es algún detalle de él. Esto ya no puede resolverse con el piloto automático – requiere fijarse en la obra y tomar la decisión consciente de cuál de sus partes merece la pena – y el sujeto recuerda el objeto igual de bien que si sólo lo hubiera observado. No hay, pues, ningún efecto maligno de la cámara sobre el cerebro de quien la usa: es sustituir el cerebro por la máquina, delegar en ella el registro de las experiencias, lo que estropea las cosas (…)”.
“(…) La atención es una sustancia demasiado valiosa para desperdigarla de esa forma sin ganar nada a cambio (…)”.
“Más fotos. Menos contemplar y más contemplarse. Menos sentir. Menos recrear. Es el signo de los tiempos”.
“Las tecnologías de la imagen han alumbrado una revolución en nuestro modo de mirar y de ser vistos por los demás”.
Pues bien, en nuestras intervenciones de las últimas semanas acompañando a equipos en sesiones de trabajo, la viejecita de la foto también apareció cuando hacíamos hincapié en la importancia de centrar nuestra atención, de hacernos presentes conscientemente para prepararnos para la tarea individual o en equipo.
La importancia de hacer un alto al final del trabajo colectivo para mirarnos y darnos feedback (una de las mayores fuentes de aprendizaje), de escucharnos realmente, de tomar conciencia de cuáles son nuestras acciones que debilitan o fortalecen al resto de los miembros del equipo, es decir, cómo contribuimos al ambiente y a los resultados del equipo.
Usamos a menudo esta frase de Otto Scharmer (Teoría de la U, “Leading from the emerging future. From Ego-System To Eco-System Economies”) porque nos parece que recoge muy bien la idea que queremos trasladar en nuestras intervenciones:
“La esencia de nuestra mirada está ligada a nuestra capacidad de atención: no podemos transformar el comportamiento de un sistema a menos que transformemos la calidad de la atención de las personas que interactúan en el sistema, ambas, individual y colectiva.
La calidad de los resultados producidos por cualquier sistema depende del nivel de conciencia desde el cual las personas del sistema operan”.
Ya lo dicen las abuelas… “¡Pon un poco más de atención!”
¡Feliz fin de semana!