Conversando se entiende la gente.
“Podemos hacer la vida miserable o maravillosa para nosotros y los demás en función de cómo pensamos y nos comunicamos”
Marshal Rosenberg
Seguro que tenéis en vuestro entorno personas que tienen una capacidad natural de abordar de manera tranquila temas delicados, de poner en palabras sencillas emociones y/o situaciones complejas. Personas con las que es fácil conversar y llegar a compromisos claros y que saben quitar hierro en reuniones tensas…
¿Os suena esa frase de “habla tú con él que tú tienes más facilidad y sabes decir las cosas en estos casos”?
¿A que ya estáis visualizando a alguien?
Pero ¿qué hacen exactamente esas personas para obtener resultados satisfactorios en las conversaciones?
Esas personas cuentan con competencias o habilidades conversacionales, esto es,, tienen la competencia para detectar qué tipo de conversación es necesaria en cada momento para que ésta sea positiva y eficaz y se alcancen los resultados deseados al terminarla:
•Saben escuchar (¡GRAN competencia conversacional!) las necesidades de las personas con las que conversan,
•Saben expresar y evaluar opiniones de forma productiva,
•Saben pedir y ofrecer para llegar a compromisos concretos,
•Saben hablar abiertamente del cumplimiento o no de los compromisos acordados (reclamos y disculpas efectivas),
•Saben gestionar sus emociones de tal manera que contribuyan positivamente a la emocionalidad del grupo y por consiguiente a la efectividad de la conversación
• …
El lenguaje es una poderosa herramienta de acción para lograr resultados. Y desde este enfoque decimos que:
Si tenemos las habilidades para conversar, tenemos buenas relaciones…
…y …
Si tenemos buenas relaciones tenemos buenos resultados.
Por lo tanto, una buena pregunta a hacernos sobre alguna relación no satisfactoria que podamos tener es:
¿Qué tipo de conversaciones tengo con esa persona? Y ¿qué conversaciones faltan?
Nuestras relaciones con nuestra pareja, con nuestros hijos/as, con nuestra familia, con nuestros colegas en el trabajo, están en gran parte determinadas por la manera en que nos comunicamos. Muchos de los problemas o de las oportunidades que generamos son el resultado de la manera en que conversamos.
El resultado está íntimamente ligado a la habilidad de hablar / conversar.
Y si esto es así…¡¿cómo no entrenamos más ese músculo?!
No es un don de ciertas personas. Las competencias conversacionales se entrenan, están al alcance de todos y todas.
Nos parece por lo tanto clave trabajarlas en todo proceso de transformación en equipos y en organizaciones. Porque más allá de la tecnología, la consecución de resultados depende de cómo se comunican y se relacionan las personas en la empresa.
Dos de nuestras referencias en esta materia son:
- “Ontología del Lenguaje” Rafael Echeverría.
- “La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario de los sentimientos “ J.A Marina.
Etiquetas: Entrenando personas