Una técnica de teatro de improvisación para mostrar empatía y conectar
Aplicar las pautas y técnicas de teatro de improvisación al mundo organizacional puede forjar la cultura de equipo y de toda la organización. Contribuyen a lo que cada vez se busca más: creatividad, colaboración, autenticidad, vulnerabilidad y espontaneidad, por nombrar sólo algunas de las aportaciones de la improvisación aplicada.
Hoy miramos más de cerca una de las técnicas fundamentales del teatro de improvisación: «Sí, y…»
En la vida y en la organización tenemos tendencia a catalogar rápidamente las ideas o propuestas en buenas y malas, válidas o no válidas. Entre actores, a la hora de improvisar en el escenario, no hay respuestas correctas o incorrectas. Cuando un actor lanza una frase, es indispensable que la compañera la trate como válida para seguir tejiendo el hilo de la improvisación.
¿Cómo funciona «Sí, y«?
«Sí» significa aceptar la idea que la otra persona está ofreciendo. «Y» significa que se toma esa idea y se construye directamente sobre ella.
Decir «sí y…» transmite que has escuchado y que estás dispuesto/a a explorar la idea.
Al contrario, responder con un «sí, pero…» implica que la idea de la otra persona queda más o menos descartada.
En el caso del teatro, no importa a lo que decimos “sí, pero”, ya que es teatro y estamos dispuestos/as a interpretar cualquier locura.
En el mundo de la empresa, parece no ser tan evidente y sin embargo lo cambia todo.
- Cliente: ¿Cómo van a dar respuesta a la urgencia en la entrega de los materiales sin que se disparen los costes?
- Persona logística A: Tenemos un contrato con una empresa de transporte por carretera que tiene disponibilidad y unos precios ajustados.
- Persona logística B: Sí, bueno, pero una parte importante la haremos por ferrocarril.
Ahí el cliente puede tener la sensación de que sus proveedores no tienen un plan muy sólido y además la persona A puede sentirse incómoda y algo anulada o avergonzada. Puede afectar la relación entre A y B (En lugar de hacer piña, me has hecho quedar mal ante el cliente).
Haremos ahora un pequeño giro en lo que podría responder la persona B:
- Persona logística B: Sí, ya hemos negociado con la empresa de transporte por carretera y además pensamos apoyarnos mucho en transporte por ferrocarril.
¿Cómo suena? ¿Cómo se sienten los participantes?
Tampoco es lo mismo decir «sí» y no añadir nada, porque la parte importante es el «y…».
La forma más fácil de pensarlo es imaginar que «Sí, y…» es como el cemento y los ladrillos cuando se construye un muro. Encima de los ladrillos ya colocados, añadimos una capa de cemento, que es el «Sí», y luego añadimos la siguiente línea de ladrillos, que es el «y», y el muro se construye conjuntamente y más alto.
¿Y si no encuentro nada para estar de acuerdo?
Esta técnica no excluye el pensamiento crítico. No se trata de validar cualquier propuesta, sino de escuchar y mostrar que las propuestas se toman en consideración.
Hay casos en los que no se puede evitar el uso de un «pero», pero es bastante raro que sea necesario hacerlo al arrancar la frase. Si más de una vez empiezas tus frases con un «vale, pero» o “sí, pero” es probable que tu interlocutor/a se muestre a la defensiva u ofensiva.
Busca primero el punto que te permite estar de acuerdo con la otra persona, valorándolo realmente. Si no rechazas inmediatamente su afirmación, hay más posibilidades de que tu interlocutor/a esté dispuesto/a a escuchar tu objeción. Además evitas que se pueda sentir avergonzado/a, en especial si hay más personas presentes.
En estos casos, así puedes mantener el enfoque “sí, y”:
- Sí, y además también podríamos utilizarlo en las otras áreas. Por eso es una pena que…
- Sí, y en teoría podría funcionar, pero en la práctica…
- Sí, y yo también quisiera participar en ello, pero…
- Sí, y a nivel de costes es una buena solución, pero teniendo en cuenta…
- Sí, y esta funcionalidad ha sido muy popular durante bastante tiempo, pero ahora
- Sí, y seguro que la dirección lo respaldaría, pero…
Algunas Claves:
- Entrena la competencia de escuchar plenamente.
- Estate presente en el momento y no planifiques tu respuesta mientras la persona esté hablando. Mientras te centras en pensar la respuesta, la otra persona puede ver en tus ojos que te has desconectado. Si no te sale una respuesta de inmediato, no pasa nada, pídele que aclare lo que ha dicho para asegurarte de que realmente lo has entendido.(¿Cuántas veces nos presentamos con nuestro guión en una conversación? Y resulta que la otra persona ha traído su propio guión).
- Valora y reconoce las ideas y la participación – asume lo mejor de la otra persona.
- Cómo haces sentir a la gente es más importante que lo que dices.
- Deja de lado la necesidad de afirmar tu conocimiento, experiencia, inteligencia, etc. No estás en la conversación para competir y demostrar tu superioridad.
- No se trata de excluir el pensamiento crítico, pero sí quitar el foco de la carencia, de lo que no va y en lugar de ello valorar lo que hay de bueno en la idea de la otra persona. Se trata de apagar la voz crítica que con el sí, pero en seguida se pone a buscar pegas.
- Combina esta técnica con otra que refuerza el sentir que realmente hay algo valioso en la propuesta de la otra persona para un “sí” más auténtico. Se trata de partir de la premisa de que en cualquier propuesta hay al menos un 10% que te puede gustar, que podrías poner en valor. Busca y pon foco en ese 10 %.
¿Cuándo puedes utilizar esta técnica?
- Mostrar Escucha y Empatía
¿Recuerdas la sensación de cuando una persona está atenta a lo que dices, te mira y además valora tu aportación? En un equipo esto refuerza la conexión, el sentimiento de pertenencia y la aceptación. Es un sí a los datos que aportas y un sí a tu necesidad de que escuchen tus ideas.
Lo que ocurre, y esto nos ha pasado a todos/as, es que creemos que estamos escuchando, pero no conectamos realmente con la otra persona, si no que estamos esperando nuestra oportunidad de responder. Como si cada uno/a estuviera construyendo su murito de ladrillos por su lado sin conexión con el otro.
- Creatividad
Como técnica se puede utilizar de manera intencional en una sesión de trabajo para hacer florecer un máximo de ideas construyendo una sobre otra, sumándolas y vinculándolas con un “sí, y”. Saldrán ideas locas y también constructivas, tipo lluvia de ideas.
En el día a día de los equipos sirve para animar a las personas a compartir sus ideas sin miedo al “fracaso”. En lugar de resaltar las pegas, se busca destacar lo que hay de valioso en la propuesta.
Cada vez que respondemos un “no” a una idea, desanimamos a la persona para seguir proponiendo sus ideas en el futuro.
Reto de un día: Sustituye «sí, pero» por «sí, y». ¡Pruébalo!
Si quieres ver teatro de improvisación en acción: Jamming – compañía improvisación teatral. Asistí a una de sus intervenciones en empresa y me reí sin parar.
Referencias:
«Yes, And: How Improvisation Reverses «No, But» Thinking and Improves Creativity and Collaboration» de Kelly Leonard.
«Improv Wisdom / Sabiduría de la Impro» de Patricia Ryan Madson