Arte Callejero
Me mandaron, hace poco, la foto de este pedacito de Arte en las calles de París.
Se podría traducir como: Sospecha de mí para bien.
El ingenio de la frase me sacó una sonrisa.
El Arte Callejero me gusta porque me parece fresco, provocador, a veces irreverente e ingenioso con los dichos populares – como es el caso de esta pintada de París, desafiando al famoso “piensa mal de alguien y acertarás”.
De hecho, pensamos que la Actitud Arte Callejero puede ser muy buena a la hora de acompañar a personas o a equipos en su desarrollo. Por ejemplo: A veces encontramos equipos que hablan demasiado cortés, “hablan suave”, sin salirse de ninguna regla establecida, sin decir todo lo que piensan realmente. Y puede estar bien según los momentos (por ejemplo, si vienen de un histórico de mucho conflicto), pero corremos el riesgo de que se pierda la respuesta auténtica.
Como en el Arte Callejero, a través de la provocación medida; del juego inteligente con las palabras de una pregunta o imágenes ingeniosas; a través de poner sobre la mesa con delicadeza temas incómodos o impopulares, podemos invitar al equipo a atreverse a “hablar fuerte”- “Un poco de tensión permite que la guitarra suene”.
Esto es, a decir lo que pensamos realmente aunque genere tensión; a hablar sobre las diferencias del quipo para buscar puntos de encuentro; a cuestionar la manera en que funcionamos; a sacudir nuestras conciencias.
También, al igual que el Arte Callejero va directo al corazón, podemos invitar a las personas a “hablar con emoción”. Facilitar la expresión de lo que estamos viviendo y dar espacio a las emociones que ello nos provoca; animar a bajar las barreras y abrir nuestro corazón; presentar la vulnerabilidad como una fortaleza por su poder de acercarnos.
Una mente abierta y un corazón abierto son las condiciones básicas para poder llegar a conversaciones generativas entre personas. Con generativo nos referimos a aprender a explorar juntos/as permitiendo que emerjan nuevas ideas, reglas, narrativas…nuevas respuestas, en definitiva.
Dependerá, en gran medida, de la capacidad que tengamos las personas para confiar unas en otras -“Sospecha de mí para bien”- y en nuestro equipo. Y también, del tiempo que dediquemos a cultivar espacios de libertad y seguridad para hablar abiertamente, para cuestionar nuestra zona de confort y elevar así nuestro nivel de conciencia y de energía.
La facilitación externa es recomendable en este tipo de espacios para el equipo. Forma parte de nuestro trabajo en Equilia y ¡nos encanta!
Todo esto lo explica muy bien Otto Scharmer en los 4 espacios conversacionales de su Teoría U.
Feliz semana.