Si quieres la paz, prepárate para la paz
¿Qué relación tienes con el conflicto?
¿Cuáles son tus creencias sobre él y cómo te sirven éstas para abordarlo?
Generalmente concebimos el conflicto como algo negativo. De hecho utilizamos palabras como “guerra”, “pelea”, “agresión” cuando nos referimos a él.
Existe también cierta fascinación alrededor del conflicto: puede dar “vidilla” en el grupo, puede unir a personas según sus posiciones…(beneficios ocultos que, a veces inconscientemente, pueden perpetuarlo).
Sin embargo el conflicto no es ni bueno ni malo. Depende de cómo lo abordamos y gestionamos, si vamos a la confrontación y lucha o si somos capaces de dialogar para buscar soluciones y, en el mejor de los casos, acercar posiciones.
Las organizaciones nos consultan con cierta frecuencia sobre los mejores métodos para diagnosticar los riesgos psicosociales (es una obligación por ley) y protocolos para casos de acoso. Y si bien dotarse de buenas herramientas nos parece muy importante, creemos que el modo de abordar y gestionar los conflictos y prevenir los riesgos psicosociales es también un tema de cultura (valores).
Por ejemplo pueden darse casos donde la organización cuenta con un protocolo de acoso, no obstante la violencia o el incivismo laboral se han normalizado, aunque no siempre de manera intencionada o consciente: no incluir a alguien en una reunión en la que debería estar, sesgar información, ignorar a algún compañero/a, gritar o no cuidar las formas, enviar mails “incendiarios”…
Para promover relaciones sanas entre las personas necesitamos culturas organizacionales que son capaces de enfocar el conflicto con una filosofía de paz, sin connotación negativa y observándolo como algo a transcender o gestionar en vez de a aniquilar. Generar espacios de sensibilización con el personal de la organización para explicar qué es el conflicto, los tipos de conflicto, tipos de violencia, las fases de escalada del conflicto, la psicología de las personas en conflicto (¡todos/as nos podemos encontrar en situaciones así!), ayudar a las personas a hacerse conscientes de cómo sus comportamientos pueden estar perpetuando el conflicto, crear espacios de desahogo y reformulación (las palabras construyen mundos y realidades), herramientas de diagnóstico y de gestión, etc. En resumidas cuentas, extender la comprensión de lo que es el conflicto y normalizar el hablar sobre conflictos y tratarlos.
Una buena gestión de conflictos previene los riesgos psicosociales. Más allá de aplicar protocolos, se trata de hacer emerger todos los elementos arriba mencionados (causa, tipo de conflicto, fase de escalada, número de personas implicadas directa o indirectamente, sesgos cognitivos, soluciones ya probadas etc.) para dar la respuesta más adecuada a cada caso.
Todavía escuchamos la máxima romana “si quieres la paz, prepárate para la guerra”-, cuando nos parece que conseguiríamos mejores resultados con “si quieres la paz, prepara una cultura de paz” … y gestiona los conflictos.
El verano pasado nos formamos en herramientas de diagnóstico y habilidades para gestionar conflictos en la Fundación Gizagune. Disfrutamos reflexionndo, debatiendo y descubriendo de la mano de especialistas en esta materia. ¡Gracias Maria Eugenia, Yolanda y Laura!.
¿Cuáles crees que son los valores de las organizaciones que gestionan de una manera adecuada los conflictos?
Feliz semana.
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