¿Cómo nos ponemos de acuerdo cuando no estamos de acuerdo?
“¡Pues para ti la perra gorda!”
Así zanjaba la conversación mi querida tía Carmen cuando no llegábamos a un acuerdo y no quería seguir discutiendo. Gracias a ella aprendí lo que era una “Perra Gorda”.
El llegar a acuerdos, en cualquier plano de nuestra vida, es todo un arte que requiere de técnica, actitud y práctica.
El proceso de toma de decisión ha sido, precisamente, una de las reflexiones que más ha salido en los acompañamientos a equipos que hemos realizado estas últimas semanas. Y es que el momento de tomar la decisión suele ser “la prueba del algodón”, especialmente cuando se tienen posturas/opiniones diferentes, para comprobar el grado de madurez, de habilidades de trabajo colectivo, de técnica y de competencias de comunicación interpersonales que tiene el equipo. En definitiva, se trata de uno de los momentos clave donde se ve si somos realmente equipo.
¿Cómo nos ponemos de acuerdo cuando no estamos de acuerdo?
Para esta reflexión nos parece que ayuda hacer la distinción entre Consenso y Alineación:
Consenso: buscar el acuerdo al 100% de todos los miembros del equipo.
Las personas se adhieren a esta decisión porque comparten la misma opinión.
Puede ser un proceso largo ya que lo que se pretende es que nadie tenga que hacer “concesiones”. Para ello es necesario debatir y convencer a las personas hasta que todo el mundo vea las cosas de la misma manera.
Alineación: proceso por el cual partiendo de opiniones diferentes se llega a una decisión común aunque las personas no estén de acuerdo al 100%. Pero una vez que la decisión esté tomada, todas las personas se comprometen con ella y la presentan y defienden como suya. Es decir, al salir de la sala hago mía la decisión ya que es la de mi equipo y la defiendo en bloque.
Para una buena alineación es crucial escuchar los argumentos de todas las personas sin descartarlos de antemano o criticarlos. El saber que el equipo ha tenido en cuenta todos los puntos de vista para tomar la decisión final y reconocer lo que cada uno/a “gana” y “pierde” facilita la alineación.
Previo a analizar los pros y los contras de todas las propuestas suele ser conveniente aclarar, cuál será el criterio de decisión en caso de que el equipo no se pone de acuerdo: por ejemplo por votación, por decisión del/de la líder, por voto de calidad (la persona que mejor controla el tema), derecho al veto etc. El equipo puede inventar sus criterios de decisión y puede elegir el que más adecuado le parezca según el tema a tratar. Lo importante es que quede claro desde el principio la manera en la que se tomará la decisión final en caso de desacuerdo y que haya sido aceptada por todos/as.
En definitiva, para una buena alineación en la toma de decisión en equipo, ayuda:
- Tener claro el objetivo (la decisión a tomar).
- Conocer los criterios de decisión.
- Contar con expertos/as en los temas a tratar.
- Fijar un tiempo de debate y un tiempo para tomar la decisión.
- Designar una persona que haga de “Reloj” para la gestión de los tiempos.
- Designar una persona moderadora o Director/a de Orquesta para ordenar el debate, facilitar que todas las personas expongan sus puntos de vista y que los demás escuchen, apuntar las diferentes alternativas sin hacer declaraciones.
- Generar entre todos/as un clima propicio para el debate y la participación: apertura, escucha activa, respeto de opiniones diferentes, mantenernos centrados y presentes…
- Buscar la agilidad sin la precipitación.
- Evitar la parálisis por el análisis.
- Tener presentes los valores de la organización/equipo para comprobar la coherencia de la decisión.
…
¿Practicamos?
Os recomendamos “El pequeño libro de las grandes decisiones” de Mikael Krogerus, Roman Tschäppeler donde encontraréis interesantes técnicas para la toma de decisión.
Feliz semana
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