Ni ayer, ni mañana…
Este año los Reyes Magos me han llegado con un mes de antelación ¡Y con un regalazo! Un seminario intensivo de 3 días con Jeff Foster en Lunteren (Holanda) del que disfruté la semana pasada.
Antes del viaje, cuando me preguntaban a qué iba a Holanda no me resultaba sencillo responder a la pregunta, además no había recibido ninguna agenda concreta en la que me pudiera basar. Y es que no podía haberla ya que pasamos 3 días sin ningún objetivo concreto, sin metas que alcanzar. Sencillamente nos dedicamos a apagar el teléfono, a ralentizar el ritmo interior y a fortalecer (no sé si el verbo es fortalecer o alimentar) nuestra capacidad de conectar con uno/a mismo/a y con el momento presente.
Es sencillo escribirlo pero no tanto llevarlo a la práctica. Nuestra mente está constantemente viajando al pasado y al futuro. De hecho, ¿dónde está tu atención en este preciso momento? ¿En el pasado (en lo que sucedió ayer o hace semanas)? ¿en el futuro (todo lo que tengo que hacer/organizar, preocupaciones …)? Si nos hiciésemos esta pregunta en diferentes momentos del día, observaríamos que son pocas las veces en las que estamos realmente presentes. Me refiero a una presencia sin agenda, sin ninguna actitud de espera (“¿a ver qué pasa ahora?”, “¿cuál será la siguiente indicación o tarea?”, “¿Cuándo llegará la hora?”…).
Me fue de gran ayuda y disfruté mucho con la manera que Jeff Foster tiene a la hora de guiar las sesiones de meditación durante el seminario. Aborda la meditación como una actitud de fascinación, de curiosidad (con ojos de Amateur – “el que ama”) ante el momento presente con todas las emociones, pensamientos que lo componen. No se trata de silenciar la mente – esta no descansa nunca, busca sin cesar cosas que hacer, que solucionar – o de reprimir emociones. Se trata de ser consciente de ellos, de permitirlos sin juzgarlos porque también forman parte de nosotros/as, no son el enemigo, y de acogerlos con amor como si fuesen niños/as que tocan a nuestra puerta pidiendo entrar -¿le cerraríamos la puerta a un niño por estar enfadado o muerto de miedo?
Pero ¡ojo!, estar presente no tiene que ver con estar sentado en una silla, o en el suelo con las piernas cruzadas, los ojos cerrados y meditando. Podemos estar presentes en cualquier momento del día, en cualquier actividad que realicemos, y comprobaremos que la experiencia cambia considerablemente y los resultados que obtenemos también. Por ejemplo, poner la atención en la respiración es una maravillosa ancla al momento presente.
Creemos que cultivar la presencia y consciencia a nivel individual es imprescindible para trabajos donde se acompaña a otras personas y/o equipos, como puede ser el nuestro. Porque sólo desde la presencia podemos sostener con amor un espacio de calidad y calidez para otras personas. Un espacio con un ritmo más pausado, de seguridad y ausencia de juicios donde puedan expresarse libremente y conversar de temas de los que no suelen o pueden hablar, donde se genere otro nivel de reflexión y escucha que pueda llevarles a encontrar nuevas soluciones, un espacio de creatividad, de mirarse y relacionarse de otra manera.
¡Vale la pena el “abandonarnos” al momento presente!
No conocía a Jeff Foster antes de este seminario y he de reconocer que su timidez, cercanía, candidez, humildad y sencillez a la hora de conversar sobre estos temas intangibles, y no siempre sencillos de expresar, me ha cautivado. Además, como buen inglés, hace gala de mucho humor creando momentos muy divertidos.
Feliz semana.
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